El vandalismo urbano no perdona ni a los gabinetes de gas

2021-11-04 03:06:32 By : Mr. Dylan Zhang

Los ladrones se llevan flexibles de cobre del gabinete de gas y suelen provocar fugas que generan alarma en todo un vecindario.

Hace casi un mes se produjo un escape de gas y un incendio en Suipacha, entre Santa Fe y San Lorenzo. Las dotaciones de Bomberos Voluntarios que acudieron al lugar advirtieron que la fuga y el fuego se originaron después de un intento de robo en el regulador de gas. El siniestro, que por entonces se registraba en forma esporádica, comenzó a repetirse con insistencia. Tanto que, durante todo el mes pasado, la empresa Litoral Gas denunció 80 robos de los flexibles de los medidores; unos pequeños caños de un octavo de no más de 40 centímetros que, al ser de cobre, tienen algún valor de reventa en el mercado ilegal.

El vandalismo urbano que al comienzo de la pandemia de coronavirus tuvo como blanco los cables de telefonía fija y de fibra óptica ya no perdona nada. Hace unos meses fue la prestadora del servicio de agua potable la que denunció el hurto de medidores y ahora también los gabinetes de gas se convirtieron en un blanco fácil. Aún con el riesgo que genera la posibilidad de generar una fuga y producir mayores daños.

Desde la gerencia de Relaciones Institucionales de Litoral Gas señalaron que desde hace un mes notaron un aumento en el robo de los gabinetes de medición que pertenecen a los clientes. En la mayoría de los casos, el botín fueron los flexibles; un elemento que actúa de unión entre la válvula y el regulador de gas que, en las construcciones más antiguas, es de cobre.

"Nosotros detectamos el problema cuando se produce una fuga en el gabinete o los clientes nos llaman porque no tienen gas", describe el gerente de Relaciones Institucionales de la firma, José María González, y advirtió que generalmente los hurtos son "brutales, producen grandes daños, y hay un riesgo grande de que se produce una fuga "de gas con el peligro que esto tiene para la misma persona que comete el ilícito, para las personas que viven en la propiedad siniestrada o para quienes pueden pasar por el lugar.

Según indica, el mes pasado los gerentes de la empresa se reunieron con funcionarios del Ministerio Público de la Acusación para ponerlos al tanto del problema. Desde entonces, la firma presentó 80 denuncias por distintos casos. Casi tres por día. "Si consideramos que en Rosario tenemos 380 mil clientes, no es un número tan grande. Pero lo que nos preocupa es el incremento que estos robos tuvieron en el último tiempo", aseguró González.

Es más, apuntó que los casos registrados por la empresa son parciales. "En muchos el problema lo soluciona un gasista matriculado, ya que el gabinete de medición es propiedad del cliente", aclaró.

El escape de gas producido hace un mes en Suipacha casi Santa Fe, en el edifico de la facultad de Bioquímica es sólo un ejemplo. De acuerdo a los registros de la empresa, en las últimas semanas hubo que asistir por fugas detectadas en Paraguay al 6300, Alvear al 1000, Tarragona 700 bis, Rioja al 2700, por poner apenas algunos ejemplos. En todos los casos, se vandalizado los medidores.

González advirtió que en algunos barrios se comenzó a colocar rejas para proteger la intrusión en los gabinetes. Sin embargo, aclaró que está prohibido colocar una tapa o cualquier elemento que obstaculice el libre acceso al gabinete. La censura tiene su razón de ser: en caso de una fuga el gabinete debe ser accesible para los operarios de Litoral Gas. Usar herramientas eléctricas para cortar rejas sólo incrementaría la situación de riesgo.

La única forma de prevenir robos es cambiar el flexible del medidor. Es más, los gabinetes que se instalan actualmente ya reemplazaron el cobre por el plástico. El nuevo material es menos durable, pero evita los robos.

"Pese a que son riesgosos, los robos de medidores de gas son frecuentes y tienen un costo elevado para los propietarios", señaló Jorge Cribb, gasista matriculado y director de la escuela de Educación Técnica N ° 454, donde se enseña el oficio, y referente de la Asociación Profesionales Gasistas Sanitaristas.

El profesional describe que el flexible cumple la función de hacer la transición entre la presión de los medios y el servicio de uso domiciliario. Y sólo en las viviendas más antiguas se utiliza el cobre. Para robarlo, lo cortan y muchas veces en la operación se producen fugas. "Tener un kilo y medio de presión en un gabinete es sumamente peligroso. Habría que ver quiénes son los reducidos que colocan estos elementos y hacen que esto se convierta en una fuente de ingreso en perjuicio de muchas familias.

Donde se producen estos robos, los propietarios no sólo tienen que afrontar el costo de la reparación, sino además pasar entre 20 y 35 días sin gas, porque al cortarse el servicio se tiene que hacer una nueva inspección, una prueba de hermeticidad, el control de ventilaciones internas dentro de la vivienda y verificar que los artefactos estén en condiciones. "Es un trastorno muy grande el que ocasiona al usuario este tipo de daño", advirtió Cribb.

© Copyright 2019 Multiportal Medios SA - Todos los derechos reservados